Adopciones
en adopción Feijoa

Fii es una gata rescatada durante sus primeras horas de vida. La pobre empezó su vida con una grande tragedia: algo le había mordido la pata trasera y se quedó con el hueso al descubierto.
No sabíamos si iba a sobrevivir, pero la acogimos y alimentamos a base de biberones muy nutritivos.
Durante su primer año de vida, tuvo que visitar frecuentemente al veterinario, y poco a poco, con varias cirugías, pudo quedarse trípode (no tiene la mitad de su pata trasera derecha) sin problema alguno. Con las cirugías se quedó como cualquier otro gato, corriendo, saltando y jugando mucho.
Le encanta jugar con otros gatos, soporta a los perros y se quedaría horas y horas con los humanos para que le acaricien la barriga.
Tiene comportamiento excelente y escucha si quieres que salga de un lado o si ya te duelen los brazos por haberle dado un montón de caricias.
Es una gata muy hermosa,cariñosa (al extremo) y juguetona.
Necesita una casa que le puede dar todo el cariño del mundo como lamentablemente no se lo puedo continuar dando.
en adopción AVA

Un día, mi hermana pequeña entró al piso con una gatita de unos dos meses en sus brazos, con una cola peculiar, recién rota y en forma de una ala de pollo. Resulta que un grupo de niños la estaban acosando. Además de su cola peculiar, también tenía una infección en los ojos.
Cuidé de ella poniéndole crema para los ojos dos veces al día, durante una cuantas semanas, y la gatica creció siendo una gata muy cariñosa, juguetona y bella, a la que le encanta los humanos, los demás gatos y a la que no le da miedo los perros.
Sus actividades favoritas incluyen: darle hocicos a cualquiera, tomar todo el sol posible y jugar con todo tipo de juguetes.
También, cada vez que ve que alguien está sentado en el sofá o en la cama, viene a acostarse al lado de esa persona, y si lleva puesto una manta, le encanta meterse debajo de ella.
Tiene un comportamiento excelente y escucha si le dices que tiene que salir de una habitación o bajar de tu regazo.
Es una gata adorable y me da mucha pena tener que ponerla en adopción pero nuestras circunstancias no nos permiten continuar de cuidarla y necesita alguien que la ame y puede darle todo lo que merece.
Ficha: Ágata de Torreagüera

en adopción Anuny (sin nombre)

La hemos sacado de la calle y ahora mismo está en un lugar sano y tranquilo donde se le da mucho cariño.
Aparte, ha iniciado una gran y tierna amistad con un gatito adulto, muy cariñoso y muy parecido con ella, que también vive en la calle y que busca igualmente un hogar.
Pero es urgente encontrarle un hogar en que podamos confiar. Que sea exactamente eso UN HOGAR, con todo el amor y cariño que merece.
Esta gatita es idéntica a su madre. Blanca con lunares negros y muy, muy buena.
Todavía no tiene nombre ¿Quieres ponérselo tú? Y a su amigo?
Quieres adoptar a la parejita?
en adopción Roxy

Roxy es una preciosa gatica blanca de ojos azules, que fue abandonada en la calle el verano pasado, cobijándose en el patio de una vivienda vacía para tener allí a sus dos hijitas.
Mucha gente viene a vivir una temporada en zonas de playa, y cuando se marchan, o regresan a su país, abandonan a sus mascotas. Es un dolor.
Al igual que su dos hijitas, Roxy es una gata súper cariñosa, que se agarra y ronronea, que pide con sus ojitos que no la dejen de nuevo a la intemperie, que la mimen y abracen.
Las sacamos a las tres de la calle para poder castrarlas y vacunarlas.
Nos sorprendió ver lo amorosas que son y cuanto se quieren entre ellas.
Desgraciadamente, en el caso de la mamá y una de sus hijas, el test dio positivo a Inmunodeficiencia.
Su acogida ya no quiso tenerlas en su casa.
Roxy y su hija ahora tendrán que vivir en un jaulón, mientras sigamos buscándole un nuevo hogar. No tenemos acogida para ellas, pero tampoco podemos devolverlas a la calle ni separarlas. Son unos ángeles de amor.
Que sean positivas a inmunodeficiencia no impide que puedan vivir en un hogar felices las dos, tanto si están solas como si hay otros gatos, pues una vez castradas, y siendo unas gatas tan buenas, es imposible que puedan contagiar a otros gatos.
El miedo a meter en nuestras vidas un gato positivo a inmunodeficiencia es totalmente infundado. Si viven en buenas condiciones, protegidas, alejadas de la intemperie de la calle, podrán vivir muchísimos años sin tener nunca ningún tipo de problema de salud.
Pero devolverlas a la calle, es condenarlas a una muerte más tempranera. Cualquier gato sano que viva a la intemperie, en la calle, tarde o temprano termina enfermando. Pero un gato con inmunodeficiencia está sentenciado desde el principio.
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